Los Balbuena en el lejano Oeste
Todo empezó un día normal y corriente. Habíamos ido a comprar unas bicis mi papá, mis dos hermanos, mi vecina Carmen y su hija María. Estábamos en mitad del estacionamiento, listos para pedalear, cuando de repente ocurrió: un ruido en el cielo, un resplandor, un rayo que cae y de pronto… estábamos en el salvaje oeste. ¡La aventura acababa de comenzar!